Madrid y girasoles

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Hace cuatro semanas me estaba subiendo a un avión, cantando princesas de Pereza, y vistiendo de amarillo (todo casualidad la verdad) junto a Iraidita. El viaje en si fue genial, me reí muchísimo y puede hacer millones de fotos, cosa que echaba mucho de menos. Cometí el error de no llevarme la Instax porque soy un desastre pero no pasa nada. Fuimos a visitar el Matadero, el Templo de Debod, el Palacio real donde nos encontramos con una Menina junto al sofá de Friends (qué fantasía), la Plaza Mayor, donde Iraida me estuvo contando datos curiosos sobre estatuas, comimos en el Mercado de San Miguel y yo me hice amiga de unas señoras de Alicante (?), me pasé todo el viaje leyendo los carteles en catalán (no sé qué me pasó, ¿la costumbre?), y un terrible etcétera. No fue un viaje mega turístico (para mi), he estado muchas veces en Madrid, y aquí mi acompañante iba más por exposiciones (visitamos el Prado, una expo de Francesca Woodman y por arte de magia acabamos en una de Carlos Saura) que otra cosa. Aunque bueno, el motivo principal fue El Rey León, que os digo desde ya que es precioso, está super bien hecho y nosotras como buenas fanses que somos ya estábamos llorando con la primera canción. Fue maravilloso y os lo recomiendo al 100%, vale mucho la pena. El Timón andaluz me mató. Nos hicimos doscientas veinte fotos del postu y otras muchas más haciendo el imbécil. Muy proud de estas ultimas. Hablamos mucho. Hacía mucho que no le hablaba a nadie de mi madre, y me pareció un momento bastante relevante. La levanté como a la una y media de la mañana porque me tenia que abrir la puerta de la calle (perdóname hermosa soy lo peor). La echaba de la cama por las noches. Pero aun así me seguía el rollo cada vez que yo empezaba a cantar sin razón, perreaba cuando le ponía reggaeton en el piso, se reía de mis putas gracias sin sentido (no sé si de mi o de las gracias) y mil vainas más. El caso es que aburrirnos no nos aburrimos. Ah, quiero hacer especial mención a ese espejo en el techo encima de la cama. Bravo por ti Nacho, eres el mejor.

Por otro lado, llevaba mucho tiempo hablando por internet con una personita a la que por fin, en Madrid, llegué a desvirtualizar. Me regaló el girasol que tanto esperé este año y casi le pido matrimonio allí mismo en el puente de Segovia. Yo estaba nerviosa no, lo siguiente. Pero salió todo redondo, fue algo así como la mejor cita de todo 2019. Conocí a una persona maravillosa y super adorable. Ojalá nos volvamos a encontrar en Barcelona.

Aun me queda un viaje más para finalizar el año. Le tengo muchas ganas y espero no morirme congelada. Dejo por aquí las fotillos que más me han gustado de este viaje. He tenido que filtrar muchísimo, como siempre, pero aun así son demasiadas.
PD: me he replanteado mucho en cerrar este rinconcito, más que nada por lo abandonado que lo tengo actualmente, pero aquí tengo demasiados recuerdos.




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